Una salida con lluvia
Como en muchas –demasiadas- ocasiones, el Viernes Santo se ha presentado lluvioso, fíjense en el suelo completamente mojado y en los hombros, empapados, de la túnica del Pardal que aparece a la izquierda de la fotografía. Aún así, el Paso sale a la calle. No sabemos si aquella fue una de esas ocasiones en que la procesión quedó suspendida a mitad de recorrido, emprendiendo un rápido regreso por el camino más corto, o pudo concluir felizmente como deseaban todos aquellos hermanos, que con su ilusión parecían querer alejar los malos hados de las inclemencias meteorológicas.
La imagen es anterior a 1968, pues en el paso aún podemos apreciar los faroles que precedieron a los que se instalaron en aquella fecha. Otra curiosidad es la ausencia del sudario.