HISTÓRICO
8 junio 2014
La Solemne Eucaristía y la Procesión de Gloria cerraron el 350 Aniversario del Paso de La Escalera
Eran las siete de la tarde del sábado siete de junio de 2014, cuando en el engalanado y abarrotado corro de Santa María daba comienzo la Eucaristía de acción de gracias presidida el vicario general de la diócesis, Luis Argüello, ya que el cardenal riosecano, fray Carlos Amigo, por enfermedad no pudo asistir a su cita con los hermanos de La Escalera.
El altar, dispuesto delante de la puerta de la Capilla de los Pasos Grandes y presidido por el Paso del Descendimiento, que lucía singular y extraordinariamente los paños y sudarios que durante casi un siglo lo ornaban en sus salidas procesionales. La ceremonia, acompañada musicalmente de forma excepcional por la Orquesta de Cámara San Benito, tuvo la mayor de las solemnidades y contó con la participación de varios hermanos y hermanas en sus distintas partes. El Vicario, en la homilía, recordó a aquellas personas que durante 350 años “han portado el paso, han visitado a su Paso en la Capilla y que fueron despedidos allí antes de emprender camino al cementerio”. Repasó también la historia de la cofradía, “que ha sabido atravesar el tiempo para poder llegar a esta fiesta”.
La ausencia por enfermedad de S.E.R. Fray Carlos Amigo fue la única nota negativa de la histórica jornada
Tras la eucaristía, el repique de campanas anunció la salida del Paso del Descendimiento. Un momento como siempre especial, pero que en esta ocasión lo era aún más por cuanto algunos mayores de la hermandad pudieron volver a sentir la emoción de sacar La Escalera, esta vez acompañados de sus hijos.
La procesión avanzó hasta la calle Mayor, atestada de riosecanos y público llegado de diversos puntos de la geografía cercana, a los sones de las marchas de la Banda municipal de música y la de cornetas y tambores Santo Cristo de la Clemencia. Detrás del paso, la vara mayor de la Junta local de Semana Santa, las varas de las cofradías riosecanas y algunas llegadas desde otros puntos de España ocupaban la presidencia escoltando a las autoridades civiles y eclesiásticas.
Al llegar al atrio de Santa Cruz tuvo lugar otro acto emotivo. El paso fue mecido por sus portadores, para honrar a la Virgen de la Soledad, titular de la antigua cofradía de la Quinta Angustia de la que procede el Descendimiento, a los sones de la marcha A golpe de corazón, compuesta especialmente para el 350 Aniversario por Pablo Toribio.
Tras el canto de la Salve y una rodillada se emprendió el regreso a la Capilla. De forma mucho más lenta y con una multitud acompañando el cortejo. Los hermanos y visitantes pudieron disfrutar de la histórica jornada en la que la Procesión de de Gloria ponía el broche de oro a un año cargado de actos culturales, religiosos y solidarios.
Cerrada ya la noche y con el corro de Santa María completamente a oscuras, solo con la luz del paso, La Escalera entraba bailando con los sones de la popular marcha La Saeta. Un responso por los que ya no están con nosotros y la sorpresa final; de la capilla de los Pasos Grandes salían decenas de globos iluminados que, con una música emotiva y la dedicatoria “a aquellos que un día con la medalla de la Hermandad sobre su pecho marcharon al definitivo desfiles de gremios por las eternas rúas celestiales”, ascendían como luminarias al cielo para encontrarse con todos los que fueron parte de los 350 años de la historia de La Escalera y alumbran desde las estrellas. El paso entró en la capilla esta vez con la marcha Santos Varones interpretada por la banda de la Clemencia y que ha sido compuesta para la propia cofradía.
La jornada, llena de grandes emociones, la cerró una cena de hermandad en la que más de dos centenares de personas dieron buena cuenta del suculento menú compuesto –como es preceptivo- de alubias y bacalao.
GALERÍA FOTOGRÁFICA DE FERNANDO FRADEJAS