Entrevista con Félix Santamaría Martín, Mayordomo del año 2009
FÉLIX SANTAMARÍA /HERMANO MAYORDOMO DEL DESCENDIMIENTO
«Ser el Mayordomo de La Escalera es tan grande que no se puede expresar con palabras»
Al calor de una buena y humeante taza de chocolate en la planta superior de la cafetería de Cubero fluyen mucho mejor las conversaciones y los recuerdos, máxime cuando estamos rodeados de centenares de fotografías en blanco y negro que son testigo indeleble de un pasado que ya quedó atrás. Es de este mismo pasado, pero también del presente y, por supuesto, del futuro del que nos habla un ilusionado Félix Santamaría, Mayordomo de la hermandad del Descendimiento 2009, en cuyos ojos se refleja la alegría por ser protagonista de un acontecimiento único en la vida de un cofrade, pero también de la tristeza por no compartir estos momentos con sus padres, quienes le transmitieron la fe y la ilusión por La Escalera.
– ¿Soñaba siendo niño con que llegara el momento de servir el Paso?
– Pues la verdad es que sí. Una vez que uno se apunta a un paso tiene dos grandes ilusiones: primero sacarlo y después servirlo. A mí afortunadamente se me han cumplido las dos, y encima siendo joven, que no siempre es fácil.
– ¿Qué supone ser Mayordomo del Descendimiento?
– Supone una gran alegría. Es tan grande que no se puede expresar con palabras. Me estoy sintiendo muy contento y muy a gusto. Yo participo en una cofradía y doy el alma por ella y este año mucho más, si cabe.
– ¿Cómo está viviendo esta Semana Santa tan especial?
– La verdad es que este año es muy especial. Es algo parecido a ir una boda y ser el novio, aquí es lo mismo. Yo ya llevo mucho tiempo viviendo esta Semana Santa con los preparativos, pensando en lo que viene…
– El año 2009 se sumará a otras Semanas Santas especiales como la del año 2007 en el que sacó el Paso por última vez…
– Ese año fue muy bonito, tuve mucha ilusión por sacar el Paso, siendo el último año que me tocaba. Tenía mucho miedo, porque con cincuentaytantos años no es lo mismo que con treinta y estuve dudando, y de hecho muchos de los hermanos a los que les tocaba con una edad muy similar a la mía no lo sacaron, pero al final salió todo muy bien y fue muy especial.
– ¿Hay alguna Semana Santa que recuerde también con cierto cariño?
– Yo me apunté en el año 1968 cuando mi padre sirvió el Paso y también fue algo muy emotivo. En mi opinión creo que todas las Semanas Santas son muy especiales, pero creo que la primera vez que sacas el paso y el año que lo sirves son lo máximo.
– ¿Cuáles son los preparativos fundamentales que ha realizado como Mayordomo?
– La verdad es que he tenido la suerte de contar con mi hermana, Mari Celes, que me ha ayudado mucho en todos los preparativos, especialmente en el refresco, y me ha facilitado mucho las cosas.
– El Mayordomo tiene la obligación de asistir a varios actos ¿cuál es el que vivirá con mayor intensidad?
– En general todos. Pero he de confesar que el pasado sábado conocí el acto del Pregón desde dentro y me quedé muy sorprendido y me encantó, es una cosa bonita, más minoritaria pero muy especial; me ha gustado mucho. Y luego por supuesto el Viernes Santo habrá momentos muy bonitos como, por ejemplo, recibir la enhorabuena en el refresco de hermanos con los que he compartido muchos momentos. Que te de un abrazo Vicente o Luis Hernández o Colasete, entre otros, emociona mucho…
– El refresco será motivo de doble orgullo porque es en casa…
– Yo pienso que haciéndolo en casa es algo tuyo. Va a ser muy bonito que mis hermanos vengan a mi casa, que en definitiva es la casa de mis padres y de mi hermana, para asistir al refresco. Creo que es otra sensación hacerlo en casa que en un restaurante.
– Supongo que este año, aún más, eche en falta a los que se fueron…
– Fundamentalmente a mis padres, aunque también me acordaré mucho de otros que también no estarán, como un amigo que murió y al que le voy a echar mucho de menos. Pero bueno, también estaré rodeado de mi familia, de mis sobrinos y sobre todo de mi mujer, que es la que más sufre en Semana Santa y de mis hijas.
– En una conversación mantenida hace unos días, usted abogaba por ceñirse al reglamento y suprimir los tres platos de la cena y únicamente ofrecer alubias y bacalao, según lo reglamentado.
– La verdad es que yo tenía en mente hacerlo este año y así que fuera una buena oportunidad para que la gente que viene detrás de mí lo siguiera. Económicamente sería bueno para todos, pero al final por presiones de la familia la cena será como la de otros años: alubias, bacalao y lechazo.
– ¿Cree que ha cambiado el ser Mayordomo hoy que hace varias décadas?
– Totalmente. Este Paso hace años, yo que lo he vivido, era una familia y ahora no. Había un algo más y, sobre todo, mucho más cariño y compañerismo entre los hermanos. Puede ser también porque antes éramos 40 y ahora 220, todo hay que entenderlo…
– A pesar de vivir en Málaga no se pierde ni un Viernes Santo…
– Sólo fallé una Semana Santa hace varios años. Estaba algo pachucho y me quedé en Málaga y conocí la Pasión de allí. La verdad es que es muy distinta, pero lo pasé muy, pero que muy mal, el Viernes Santo a las 8 de la tarde, veía la Escalera por todas las partes y algo en mi interior hacía que estuviera en Rioseco.
A SANGRÍA Años en la hermandad… Desde 1968, 41 años. Un recuerdo… Fundamentalmente mi padre y mi madre. Una ilusión… La ilusión es que mi hija, que está embarazada, tenga un hijo y que ese nieto sea del Paso y siga la tradición. Fue mi bisabuelo, mi abuelo, mi padre y yo. No tengo hijos, pero al menos que mi nieto continúe la saga. Un puesto… La trasera. Yo siempre he ido en la cadena o en un encerrado. Aunque una vez cogí un poso en la delantera y me gustó, es una sensación muy diferente. Un momento en la procesión… Me encanta la rodillada y los bailes. Aunque si me tuviera que quedar con un sensación es la de que un hermano te recoja la túnica, son momentos emocionantes que te hacen llorar. Un hermano… Me acuerdo mucho de José Rada, que en paz esté. Una costumbre… Echar un pitillo en el corro. Un deseo… Principalmente que no llueva el Viernes Santo, que todo salga bien y que la gente sea feliz. La Escalera en una palabra Sólo con oír la palabra Escalera o Descendimiento ya es una sensación muy grande. |