Entrevista con el hermano David Martínez Martínez
DAVID MARTÍNEZ / HERMANO DEL DESCENDIMIENTO
“La Semana Santa es una de mis pasiones y me duele mucho no poder estar más cerca de mis hermanos”
A pesar de vivir a miles de kilómetros de su localidad natal, David Martínez, militar de profesión, lleva la Semana Santa de Medina de Rioseco, y en especial a sus hermandades del Descendimiento y del Nazareno de Santiago, muy dentro. Confiesa que no pasa un día sin acordarse de su pueblo, de sus cofradías y de su Semana de Pasión y que cada vez lleva “peor” estar tan lejos. No obstante, y pesar de su trabajo, David nunca se ha perdido una Semana Santa y está dispuesto hacerlo “cueste lo que cueste”. Hoy este hermano del Descendimiento, que recibirá el próximo lunes una mención del Ayuntamiento por su participación en la misión militar de Afganistan, se sincera en esta entrevista, en la que no puede dejar de recordar a su abuela, Margarita de la Iglesia, “escalerera cien por cien”.
En las fotografías vemos a David junto a otros hermanos -entre ellos Manuel Calvo que también será homenajeado por su participación en las misiones del Ejército- en la cena de Hermandad del presente año, desfilando en Afganistan y bajo el Paso.
¿Qué hace un riosecano y cofrade de La Escalera, a tantos kilómetros de su localidad natal?
Trabajando en lo que me gusta que es defender a España, y por destino llevo ya seis años en la isla de Fuerteventura, en Canarias.
¿Cómo se vive Medina de Rioseco desde la lejanía?
La verdad es que me acuerdo mucho de mi pueblo y de mi gente. Son muchos kilómetros y eso acrecienta los recuerdos. Cada vez llevo peor tener tan lejos a mis paisanos y a mi familia y no poderlos ver tanto como a mí me gustaría.
¿Y la Semana Santa?
Pues fíjate, aún peor. Porque la Semana Santa es una de mis pasiones, quizá la más importante. Para mí todos los días es Semana Santa y sólo de pensarlo se me pone el vello de punta. Hoy sólo puedo decir que ya queda un día menos para que llegue esta semana tan esperada no sólo por mí, sino por todos y cada uno de los riosecanos.
A pesar de la distancia y de su profesión jamás falta a la Semana de Pasión…
La verdad es que sí, pero cada vez es mucho más complicado no sólo por la lejanía, sino fundamentalmente por las misiones en el extranjero. De todas formas, puedo decir con orgullo que todavía no he fallado ni un solo año.
Cómo son esas semanas previas, todavía en Fuerteventura, y a pocos días del Viernes Santo.
Son una auténtica locura. Unos días llenos de nerviosismo, de ilusiones, de preparativos. No se puede dejar nada al azar: hay que preparar los billetes de avión, el coche de alquiler, las maletas… y volviendo loca a toda mi familia. Yo suelo reservar con mucho tiempo de antelación para no llevarme ninguna sorpresa.
Supongo que la distancia le haga apreciar de forma más intensa la fortuna del cofrade que vive en Rioseco por asistir a funerales, misas y otros actos de hermandad.
Antes de que me destinaran a Fuerteventura siempre acudí a todos los actos de hermandad, aunque no residiera en Medina de Rioseco. Para mí era un deber, pero también un privilegio. Hoy, muy lejos de mi pueblo, me duele mucho no estar con los hermanos en esos momentos, especialmente cuando de un funeral se trata.
Usted estuvo en Afganistan en una misión del ejército español y en su maleta transportaba muchas horas de vídeo de la Semana Santa de Medina de Rioseco ¿no es así?
La verdad es que sí, eso me ayudaba a mantenerme muy cerca de Rioseco, aunque fuera en espíritu. Además tuve la desgracia de que mi abuela, Margarita de la Iglesia, escalerera al cien por cien, falleció cuando yo estaba en tierras afganas. Eso me marcó y los vídeos me recordaban su ejemplo como hermana de la Escalera durante tantos años.
Supongo que hablará con sus compañeros y amigos en Fuerteventura de la Semana Santa de Medina de Rioseco ¿qué les cuenta?
Soy muy pesado en ese sentido. Siempre les estoy hablando de nuestra Semana Santa y en especial de mi querida hermandad del Descendimiento. La mayoría de ellos se sorprenden por la forma y la pasión de cómo vivimos la Semana Santa.
Por su trabajo, probablemente, alguna Semana Santa estará lejos de Medina de Rioseco ¿se imagina qué pasaría?
No lo quiero ni pensar. Seguramente sería uno de los días más tristes de mi vida. Pero vamos ya te aseguro que lo intentaré evitar por todos los medios, cueste lo que cueste.
Usted se mantiene muy en contacto con Medina de Rioseco y sus hermanos de cofradía a través de Internet. ¿Qué papel desempeña la web de la Escalera?
Para los que estamos lejos es muy importante ya que nos ponéis La Escalera más cerca del corazón. Es un lazo que nos une mucho más a Medina de Rioseco, estamos informados y sobre todo nos sentimos muy acompañados.
Qué puede aportar alguien que vive tan lejos a la Hermandad de La Escalera.
Yo creo que en mi caso lo más importante es el compromiso y la fidelidad por un sentimiento. Además de dar a conocer La Escalera y la Semana Santa por todos los lugares por los que piso, ya sea en España o en el extranjero.
El Ayuntamiento le ha galardonado con una mención especial que recibirá el Día de la Constitución por su participación en una misión militar en Afganistán ¿cómo ha acogido la noticia?
Para mí es un orgullo que mi pueblo me reconozca como a un riosecano más y me premie por mi trabajo. Allá donde voy siempre presumo de ser de Rioseco, y que Rioseco se acuerde de mí me hace muy feliz. La verdad es que no me lo esperaba. Me sabe mal que por motivos de trabajo no pueda acudir. Alguien de mi familia lo hará por mí.
A SANGRÍA Años en la hermandad Me apunté hace 14 años. Un recuerdo La última vez que saqué el paso. Un hermano tropezó, yo metí las rodillas para subir el barrón y alguien me dijo “cuidado que te las parte”, entonces con la ayuda de Jesús Vicente subimos el palo. Jamás en la vida algo me peso tanto. Una ilusión Que no se pierda la tradición y que la gente se conciencie de que es necesario prepararse físicamente para un esfuerzo tan importante. Un puesto El contrapalo. Un momento de la procesión Yo me quedaría con esos momentos de nerviosismo previos a la salida. Un hermano Pedro Guerra. Gracias a él y a mi apellido (De la Iglesia), hoy soy hermano de la Escalera. Una costumbre Disfrutar mucho de la procesión una vez pasada la Plaza Mayor. Es un lugar que me encanta. Un deseo en la hermandad Que perdure el sentimiento de hermandad y jamás se pierdan las tradiciones. La Escalera en una palabra RAZA. |