Entrevista a Teresa Castilviejo. Hermana y fotógrafa.
TERESA CASTILVIEJO / HERMANA Y FOTÓGRAFA
«Con mis fotografías aporto mi granito de arena a la Hermandad»
Viernes Santo. Pocos minutos faltan para que salgan los Pasos Grandes. En el corro de Santa María no cabe ni un alma más. Entre los cientos de personas apiñadas se abre paso, como puede, una joven, cámara fotográfica en mano. Es Teresa Castilviejo, hermana del Descendimiento y autora de las fotografías que cada año resumen en imágenes la historia de la Semana Santa en este portal. Su labor de corresponsal para el periódico Diario de Valladolid-El Mundo es aprovechada también por los administradores de esta página Web. Pero a veces fotografiar este momento único e inigualable, captar la tensión, la emoción y el fervor en estos instantes no es fácil. Lejos de achantarse, Teresa mira al cielo, suena la Lágrima y un golpe seco en el tablero. Es entonces cuando el objetivo de su cámara se apodera del tiempo. Un milagro, casi como cuando el brazo de Nicodemo asoma a la tarde riosecana…
¿Cuándo comenzó a fotografiar la procesión del Viernes Santo para la página web?
Yo hacía fotografías para el periódico El Mundo y en el año 2003 los administradores de la página Web me comentaron la posibilidad de ceder mis fotografías a la Hermandad y crear una galería de instantáneas que recogieran todos los momentos que los hermanos y hermanas viven durante todo el día de Viernes Santo. Yo accedí gustosamente, pues aunque todavía ni siquiera era hermana, gran parte de mi familia estaba muy relacionada con El Descendimiento. Además para mí era todo un orgullo que mis fotografías pudieran servir para este fin, en un paso que yo ya sentía muy dentro. Lo curioso de todo es que ese primer año 2003 se suspendió la procesión por la lluvia y el reportaje quedo inconcluso. En 2004 me saqué la espinita.
¿Cuántas fotos puede llegar a tirar cada Viernes Santo?
Tranquilamente más de 1.000 fotografías, y eso que principalmente me centro en La Escalera. Comienzo mi trabajo por la mañana, en la Capilla, cuando los hermanos y hermanas acuden a visitar el Santo Paso. Esos momentos son únicos: alegría, emoción contenida, nervios… Ya por la tarde, en el refresco recojo instantáneas generales y de hermanos que se reencuentran. Uno de los momentos más bonitos y tradicionales, y que a mí más me gustan, es el instante en que los veinte afortunados que sacarán el paso se visten y se tallan. Tras el desfile de gremios acudo a ese pequeño refrigerio llamado ‘las aceitunas’, allí la cámara ya recoge momentos de alta tensión y voy junto con los hermanos hasta el corro para comenzar a fotografiar la procesión. Es en la capilla cuando la cámara casi se dispara sola ya que son muchos detalles, sentimientos y una hermandad compuesta por más de 400 hermanos y hermanas con un mismo objetivo: que La Escalera salga un año más a la calle. Por último, sigo muy de cerca toda la procesión buscando rincones como la calle Mayor, los posos, la rodillada, la subida de la calle Mediana y, por supuesto, la entrada a la Capilla.
¿Qué momento es el de más dificultad para coger una buena instantánea?
Sin duda, la salida del paso. Es complicado porque miles de personas se agolpan en el corro y afloran los sentimientos. Además yo no soy objetiva y a veces, por no decir siempre, me puede la emoción. Es muy difícil moverse en el interior de la capilla cuando se recogen las túnicas o se da la resina y, por supuesto, más difícil todavía es seguir la salida del paso a escasos centímetros. Para hacerse una idea de la dificultad puedo contar una anécdota: en el año 2008 hubo tanta gente que los empujones propios de la aglomeración provocaron que rompiera la cámara. Menos mal que había podido fotografiar la salida. Luego tuve que ir a casa y coger una máquina vieja que, al menos, me permitió salir del paso.
¿Qué busca en cada fotografía?
Que cada fotografía cobre vida por sí sola y el espectador se emocione al verla y pueda sentir lo que para los riosecanos es la Semana Santa. Yo intento que la persona que vea la galería de imágenes de nuestra Hermandad se traslade a las calles riosecanas y pueda vivir cada momento de la Semana de Pasión. Creo que en un futuro este testimonio gráfico será de gran valor para las generaciones venideras.
¿Hay alguna foto que no haya hecho de nuestra hermandad y le gustaría hacer?
La verdad es que cada Viernes Santo es distinto y las fotos, por lo tanto, también. A mí me gustaría fotografiar la salida del paso con hermanos ya mayores que son auténticas instituciones en la Hermandad. Mi cámara recogería, sin duda, una emocionante salida con Nicolás Brézmes, Vicente Rodríguez, Siro Aníbarro, Tomás Zarzuelo, Pedro Herrero, mis tíos Pepe y Ángel Gallego, Vidal Rodríguez… y seguro que se me olvidan muchos… Sería muy bonito
Usted es, además, hermana de El Descendimiento ¿cómo vive el Viernes Santo?
Con mucho sentimiento, ilusión, fe y tradición, siempre con un recuerdo muy especial de las personas que ya no están conmigo.
¿Le gustaría alguna vez cambiar la cámara de fotos por el farol en Semana Santa?
La verdad es que todos los años lo pienso pero cuando llega la hora siempre salgo con mi cámara. Creo que así aporto mi granito de arena a la hermandad. No obstante, algún año sí me gustaría alumbrar en la procesión.
¿Cómo valora el papel de la mujer en El Descendimiento?
Yo creo que la mujer tiene un papel relevante en la Semana Santa de Medina de Rioseco. En nuestra hermandad somos casi 200 hermanas, pero yo no busco reivindicar nada. Yo me siento igual de orgullosa de ser de La Escalera como cualquier hermano.
A SANGRÍA Años en la hermandad… Oficialmente desde hace cuatro años, en mi interior desde siempre. Un recuerdo… La mañana del Viernes Santo de 2006, cuando mi hermano José Ángel me regaló la medalla del Paso y me dijo que ya era hermana. Una ilusión… Que mi hermano sea cadena. Un puesto… cualquiera, los veinte son necesarios. Aunque me fijo en los que ocuparon mis familiares. Un momento de la procesión… La salida del paso y el momento en que mi familia se pone la túnica en mi casa. Un hermano… Mi primo Carlos, que ya no está con nosotros. Quería a La Escalera como el que más. Una costumbre… Escuchar la Lágrima y mirar al cielo cada Viernes Santo. Un deseo en la hermandad… Que perdure y se acreciente el sentimiento de hermandad y de los valores que esta transmite. La Escalera en una palabra… Emoción y grandeza. |