El Descendimiento. Zamora
Paso del Descendimiento. Zamora. Ramón Álvarez. 1858
El Paso del Descendimiento fue el primero tallado por el escultor local Ramón Álvarez para la Semana Santa de Zamora y representa el cambio escultórico que, en la Pasión zamorana, se desarrolla a finales del s.XIX sustituyéndose los pasos antiguos por otros de tamaño más grande. Concretamente este paso sustituyó a un conjunto anterior que se vendió a la Cofradía de la Cruz de Tábara. El paso antiguo estaba formado con imágenes de vestir, por lo que se desprende de una compra hacia 1841 en la que se renovaron la cruz y algunos trajes, y existía desde al menos 1620, fecha que aparece en un documento de pago a las cuadrillas que lo portaban.
La nueva obra se encargó en 1857 por 5.000 reales, pagaderos en varios plazos, y fue sufragada mediante una rifa que aportó 1.600 reales más de lo necesario. El contrato no incluía la imagen del Cristo, tal vez con la intención de reutilizar el antiguo, pero finalmente el imaginero entrega el grupo completo. Aunque lo hizo fuera de plazo, pues cumplido este en 1858 pidió una prórroga que se le concedió por seis meses más; tras un nuevo incumplimiento, a pesar de que debía de tener el paso prácticamente acabado, hasta 1859 no salió en procesión y su primera salida constituyó todo un éxito.
El escultor usó como modelo la composición del paso antiguo del que se sabe que las imágenes que mostraba eran: Cristo simulando en su disposición ser bajado de la cruz con una rica tela que lo abrazaba, por Nicodemo y José de Arimatea sobre sendas escaleras. Esperando estaban la Virgen, San Juan y se cree que alguna de las Santas Mujeres. El Paso actual, a través de seis figuras, representa el momento en que Jesús es descendido de la cruz por Arimatea y Nicodemo, en presencia de San Juan, la Virgen y la Magdalena, repitiendo en muchos detalles lo descrito del anterior. El grupo se puede contemplar durante todo el año en el Museo de Semana Santa, desfilando cada tarde de Viernes Santo.
Ramón Álvarez Prieto -cambiaría más tarde el apellido materno por el de Moretón- es uno de los grandes personajes históricos de Zamora. Nació el 22 de septiembre de 1825 en el pueblo zamorano de Coreses y se trasladó a la capital en 1835, fue alumno de la Escuela de Dibujo de la Sociedad Económica del País, estableciéndose luego como hojalatero (realizó los faroles que iluminaron Zamora durante varias décadas y que todavía se conservan en algunas calles). Fue profesor de dibujo de la escuela a la que asistió y catedrático, desde 1866, del Instituto de Segunda Enseñanza. Nombrado Caballero de la Orden de Carlos III, murió el 25 de abril de 1889.
Fue un excelente imaginero aunque su obra no llegó a traspasar los límites provinciales. Para valorarla hay que situarla en la Zamora de la segunda mitad del siglo XIX. Su genialidad no reside en su concepción plástica, sino en que supuso el cambio de la historia de la Semana Santa zamorana, dotando a sus cofradías de una personalidad única, perteneciendo él mismo a las de Jesús Nazareno, Santo Entierro y Nuestra Señora de los Remedios. Además, tiene una especial relevancia en la religiosidad popular de la ciudad pues sus pasos procesionales -El Descendimiento (1859), La Caída (1866-1.878), La Lanzada o Longinos (1868), Jesús Resucitado (1873), Nuestra Madre de las Angustias (1879), La Crucifixión (1884), La Verónica (1885), Virgen de la Soledad (1886) y la Virgen de los Clavos (1887)- son forjadores de una piedad que aun hoy, después de más de un siglo, es capaz de suscitar todo tipo de emociones.
Real Cofradía del Santo Entierro. Zamora La Cofradía del Santo Entierro se funda en 1593 con carácter gremial, en este caso el de sederos y tejedores. Se erige canónicamente en la iglesia de San Esteban, organizando el Sermón del Descendimiento con un Cristo articulado, que posteriormente era introducido en una urna iniciando así la procesión con el resto de las imágenes. Durante el siglo XVIII la cofradía experimenta una fuerte crisis, llegando a desaparecer, aunque la procesión continuaba saliendo organizada por los fieles de la parroquia. En 1771 se recupera la cofradía y retorna a la actividad. Por Real Orden del 9 de septiembre de 1925, el rey Alfonso XIII le concede el título de Real. En la actualidad la forman aproximadamente 3000 cofrades, que procesionan el Viernes Santo por la tarde vistiendo túnica y caperuz de terciopelo negro, con cíngulo y decenario; portan una vara de madera rematada en un calvario de metal dorado. Acompañan a los 12 pasos de la cofradía: La Magdalena, La Conversión del Centurión, La Lanzada o Longinos, Santísimo Cristo de las Injurias, Descendimiento, Piedad, Descendido, Conducción al Sepulcro, San Juan y Ntra. Señora, Retorno al Sepulcro, la Urna y la Virgen de los Clavos. La procesión la abre el Barandales, personaje tradicional que toca unas esquilas. Página web: http://www.santoentierrozamora.es |