Eduardo Montes. Hermano de honor
“Cada vez que acudo a algún acto de La Escalera me pregunto ¿qué mérito tengo yo para recibir ese cariño que percibo en los hermanos?”
Nunca es tarde para ser de La Escalera. Más si cabe si se es de toda la vida. Es el caso de Eduardo Montes Velasco, actual presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Valladolid. Su amistad con el recordado Carmelo Brezmes le hizo conocer muy de cerca la Hermandad del Descendimiento y desde ese momento ya se sintió hermano de La Escalera. Más tarde, desde su cargo como jefe del servicio de Cultura en Valladolid de la Junta de Castilla y León, colaboró activamente en la conservación patrimonial del conjunto escultórico del Descendimiento. Algo que sus –ahora- hermanos se lo reconocieron permitiéndole entrar en la cofradía como hermano de honor, algo que lleva a gala. Además jamás olvidará la primera vez que vistió la túnica y destaca el cariño con el que le han recibido en el seno de la hermandad.
Es usted el primer hermano de honor en la Hermandad del Descendimiento ¿qué siente?
Siento lo mismo que siente un riosecano que participa activamente en el ambiente espiritual de su Semana Santa. Siendo más preciso, he tenido como tres etapas: Primero, conocí las procesiones de Rioseco hace casi cuarenta años. Una segunda etapa, comprende los años que pasaron desde que tuve la oportunidad de entrar en la Capilla de los Pasos Grandes en la tarde de un Viernes Santo. Y una tercera, cuando participé vistiendo la túnica de la Hermandad.
vestir la túnica es otra dimensión del abanico de hondas emociones que invaden el corazón
¿Cómo fue ese momento? ¿Qué sintió cuando se vio vestido de blanco con la túnica de la hermandad?
Fue como sentirme, de verdad, un hermano del Descendimiento. Antes ya me consideraba hermano por las atenciones que recibí del resto de los cofrades, pero vestir la túnica es otra dimensión del abanico de hondas emociones que invaden el corazón.
¿Cómo fue la primera procesión?
El momento más recordado y quizá más emocionante cuando me encontré dentro de la capilla y pude participar de las alegrías y satisfacciones de los hermanos, y sobre todo la cordialidad y simpatía que se «respiraba» en ese estrecho lugar, pero ancho porque caben todos los que pueden entrar.
¿Con qué momento se queda? ¿Cómo le han acogido en la hermandad?
Era tan impensable que me acogieran con ese cariño y tan de los «suyos», que cada vez que acudo a algún acto (junta, entierro, misa ) me pregunto ¿qué mérito tengo yo para recibir ese cariño que percibo en los hermanos? El mérito es de ellos. Gracias.
La hermandad celebra el 350 aniversario de su paso ¿cómo lo está viviendo?
Por desgracia la distancia no me ha permitido estar presente en todas las celebraciones mensuales, pero sí quiero destacar el esfuerzo que han realizado, los que han llevado «el peso» de su organización. Pueden estar satisfechos ya que hemos tenido todo un año de reavivación y conmemoración constante de la historia de nuestra Hermandad.
La Semana Santa de Rioseco, de la Escalera o de cualquier otra Hermandad no tiene fácil explicación: hay que visitarla, vivirla, sentirla.
Si tuviera que explicar a alguien que no conozca la Semana Santa de Rioseco y La Escalera ¿cómo lo haría?
Me resulta difícil explicarlo con palabras. La Semana Santa de Rioseco, de la Escalera o de cualquier otra Hermandad no tiene fácil explicación: hay que visitarla, vivirla, sentirla. Yo digo: «vente conmigo» y déjate llevar.
¿Qué siente cuando sale La Escalera?
Miedo, angustia, suspense, esperanza, y sobre todo confianza en que mis hermanos tendrán suficiente «fuerza y tino» para, una vez más, realizar el «milagro».
¿Ha podido sentir su peso?
A mi entrada como hermano se unieron los años que tenía para no permitirme cargar el paso, pero sí he tenido oportunidad de coger algún poso. La primera vez, gracias a la ayuda inmensa de mi recordado amigo Carmelo Brezmes, pero estaba tan emocionado y nervioso que ni recuerdo cómo fue.
Eduardo entre hermanos en una Junta y de túnica con José Luis «El Pardal y Jesús Álvarez |
A sangría: Años en la hermandad: De derecho más de diez, de hecho más de veinte Un recuerdo: La primera vez que estuve en la Capilla durante la salida del paso. Una ilusión: Irrealizable a mi edad, pero mantengo la ilusión de haber podido «cargar» con el paso. Un puesto en el paso: Cadena. Un momento en la procesión: La entrada del paso ¡Qué alegría cuando ya está dentro! Un hermano: Carmelo Brezmes. Una costumbre: Recoger la túnica, ya planchada, en el convento de Santa Clara. Un deseo: Que este año no llueva. La Escalera en una palabra: Sublime. |